Hace unas semanas hablábamos de la imagen corporativa y el branding.

Muchos de las personas con las que he hablado del tema, la ven principalmente como un cambio o creación de logotipo o de membretes en las cartas o correos electrónicos.

Es mucho más profundo y subjetivo, y muchas veces no nos damos cuenta de la importancia que tiene, hasta que nos damos cuenta de que la competencia con una campaña adecuada se puede ver «hasta en la sopa».

Hay muchas empresas que saben, por que se lo han dicho otras personas, colegas, o expertos, que una potente campaña de difusión de la imagen corporativa será beneficiosa para el negocio pero cuando lo van a implantar lo ven como algo externo, como un anuncio más por el que se ha pagado en el periódico.

Para poder entender correctamente como va a captar su mercado la nueva imagen, debe empezar por casa: las notas internas, correos e incluso si se puede por las instalaciones de la propia empresa (oficinas, mobiliario, etc.)

Aplicacion de imagen corporativa realizada por herrera-y-asociados.es de Madrid

Si, Si. Apliquemos nuestra propia imagen corporativa a nuestras oficinas. Ganamos varias cosas:

– El cliente, proveedor, colega, etc. que nos visita ve una empresa homogenea, con organización sólamente dándose cuenta que la página web, los membretes de las cartas, el logotipo, las tarjetas de visita, etc. son similares en colores, formas, distribución, etc. que las que nosotros tenemos en nuestro mobiliario, pintura, archivos, etc.

– El cliente se siente importante: «Si ellos utilizan esta imagen es por que les gusta y nos lo trasladan a nosotros los clientes»

– Le damos importancia a la búsqueda y selección de la imagen que queremos trasmitir, ya que nuestro lugar de trabajo tiene que ser, tanto en la estética como en la funcionalidad agradable y cómodo para nosotros.

– Sentimos la imagen como nuestra y rechazaremos de inmediato cualquier cosa que desentone con la misma.